Hoy es el famoso día de la huelga general. Esta noche, serán las conclusiones y pasará lo de siempre, que según los sindicatos y los partidos de izquierdas que apoyan la huelga, dirán que esta ha sido todo un éxito y según los que están en contra y/o los de derechas, dirán que pocos la han seguido. Si es que, para gustos los colores, nunca llueve a gustos de todos y cada uno cuenta la historia según le vaya.
Yo estoy en contra de la reforma laboral, que es el motivo de la huelga porque creo que lo único que va a lograr es empeorar la situación del trabajador y beneficiar y darle más poder al empresario, y, lo que es más importante, para nada creo que sirva para facilitar la contratación, pero igual que pienso esto, también creo que está bien decir que no se está de acuerdo con la reforma pero también debemos de exponer alternativas, pero para ello, deberíamos de estar todos dispuestos al diálogo y querer llegar a un acuerdo, cosa que es imposible cuando hay intereses creados.
En teoría, la reforma es un modo de salir de la dichosa crisis. Esa misma que algunos no veían y que cuando por fín la vieron, intentaron quitarle hierro al asunto diciendo que ya estaban apareciendo los brotes verdes. Estrategias de los todos los políticos sin excepción. Mentir y negar la menor, como si los demás fuésemos tontos. Entonces, si el origen de la reforma es la crisis, deberíamos de analizar quienes han sido los culpables de esta crisis y que cada palo aguante su vela.
Sin seguir escavando en el tema y como conclusión diré que mi deseo es que se termine la crisis y que disminuya la tasa de paro. Yo lo único que quiero es un trabajo digno, que me garantice una estabilidad económica y una seguridad.
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